Miedo a la libertad.
Que algo se mueve en internet es evidente. Y que ese algo no gusta a nuestra progresía también es evidente. Lee este comentario que realiza Juan Ramón Rallo en www.liberalismo.org
"Primero fue Ramonet, luego Cebrian, y finalmente un Fernando Berlín que poco tiempo después se desdijo o se matizó a sí mismo. Ahora, cómo no, les llega el turno a los inigualables protectores de las libertades concentrados en torno a Rebelion.org.
La izquierda se ha dado cuenta de que está perdiendo la batalla allí donde las ideas no son sometidas a cortapisas ni a licencias gubernamentales. Tiene miedo pues, por primera vez, está viendo balancear no sólo su superioridad intelectual, sino especialmente su mentada superioridad moral. El internauta capaz de leer y comparar observa como la reacción coactiva y estatalista de algunos no cristaliza en el supuesto progreso que dicen abanderar. Más bien el contrario; son muestras inequívocas de su visceral odio a la libertad que con tanta maestría han sido capaces de ocultar durante casi un siglo.
Dado que este proceso de desenmascaramiento, de pérdida de la batalla intelectual, sólo está empezando -pero el saldo por el momento es tremendamente favorable a la causa liberal- los previsores empiezan a lanzar mensajes de veladas advertencias a sus correlegionarios para que detengan el avance de la libertad. Pretenden sentar la base justificativa para que nos cierren la boca de una vez por todas también en Internet. El argumento ahora parece ser la desigualdad de posiciones de partida: mientras los medios izquierdistas proceden del pueblo, los de la derecha lo hacen desde la clase empresarial y política. Esta razón serviría por sí sola para justiticar la mordaza". (continúa)
"Primero fue Ramonet, luego Cebrian, y finalmente un Fernando Berlín que poco tiempo después se desdijo o se matizó a sí mismo. Ahora, cómo no, les llega el turno a los inigualables protectores de las libertades concentrados en torno a Rebelion.org.
La izquierda se ha dado cuenta de que está perdiendo la batalla allí donde las ideas no son sometidas a cortapisas ni a licencias gubernamentales. Tiene miedo pues, por primera vez, está viendo balancear no sólo su superioridad intelectual, sino especialmente su mentada superioridad moral. El internauta capaz de leer y comparar observa como la reacción coactiva y estatalista de algunos no cristaliza en el supuesto progreso que dicen abanderar. Más bien el contrario; son muestras inequívocas de su visceral odio a la libertad que con tanta maestría han sido capaces de ocultar durante casi un siglo.
Dado que este proceso de desenmascaramiento, de pérdida de la batalla intelectual, sólo está empezando -pero el saldo por el momento es tremendamente favorable a la causa liberal- los previsores empiezan a lanzar mensajes de veladas advertencias a sus correlegionarios para que detengan el avance de la libertad. Pretenden sentar la base justificativa para que nos cierren la boca de una vez por todas también en Internet. El argumento ahora parece ser la desigualdad de posiciones de partida: mientras los medios izquierdistas proceden del pueblo, los de la derecha lo hacen desde la clase empresarial y política. Esta razón serviría por sí sola para justiticar la mordaza". (continúa)
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home