Píldoras

“Ya le han quitado la felicidad, al menos que no le quiten la vida”. Con estas palabras se refería Alfonso Guerra a Rafael Vera. ¡Pobrecito Vera! ¡Qué malos somos los españoles que estamos en contra de que el Gobierno le conceda el indulto por habernos robado; es decir, por ladrón! ¡Qué malos somos por creer que González, Corcuera y Barrionuevo también se lucraron con fondos reservados! Y, entretanto, miembros del PSOE, e incluso del Gobierno han decidido, en “estricta justicia”, defender al delincuente. Claro que si se confirma que González es visitante asiduo de La Moncloa, se explicarían muchas cosas. Nos podemos preparar para el indulto; a ver cómo se lo explican a los españoles, especialmente a las víctimas de los GAL.

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Los estados de Ohio, Georgia, Kentucky, Mississippi, Michigan, Dakota del Norte, Arkansas, Montana, Utah y Oklahoma respaldaron por amplio margen enmiendas estatales para definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término “matrimonio” como: “(Del latín matrimonĭum). Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales. En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia. Coloquialmente, marido y mujer”. Más claro, agua.

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Campaña del Pacto por la Vida y la Dignidad contra la adopción por parte de parejas homosexuales. Léelo en www.e-cristians.com.

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Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, ha explicado en rueda de prensa que la suya no es una televisión para niños, sino para adultos, de ahí que los contenidos de los programas emitidos por la cadena en franja horaria infantil no van a ser cambiados pero sí advertidos como no aptos. Extraño argumento teniendo en cuenta que la televisión en España, también las privadas, son un servicio público.
El directivo de la cadena dejó claro que su propósito final continua siendo "hacer una televisión de éxito, independiente, polémica, transgresora, decente y que no incumpla la ley". Visto lo visto, no está muy claro cómo hacer que encajen la polémica y la transgresión con la decencia
En resumen: que, como siempre, importa más el billetero de las televisiones que la salud mental de los españoles, sean estos chicos o grandes.

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“No sé ustedes, pero yo empiezo a estar harto de tanta lagrimita, tanto osito de peluche, tanta velita encendida y tanto cuento lagrimeante a toro pasado. Aquí todo lo arreglamos con póstumas mariconadas –otra metáfora, hoy estoy que las vendo–, manifestándonos cogidos de la mano muy compungidos y llorosos, haciendo unos altarcitos iluminados, floridos y primorosos que luego los turistas fotografían mientras dicen: hay que ver qué solidarios son estos españoles de mis huevos. Lo mismo después de la tragedia de un instituto, que con una mujer asesinada por su marido o con la víctima de un atentado terrorista. Perdónanos, Manolo, discúlpanos, Concha, excúsanos, Ceferino. Sabíamos y no hicimos nada, oímos y nos tapamos las orejas, vimos y nos tapamos los ojos, olimos y nos tapamos la nariz. Fuimos amigos, vecinos, profesores, jueces, concejales, alcaldes, y no quisimos complicarnos la vida. Gobernamos y fuimos incapaces de prever. Snif. Nadie es perfecto. Así que lo siento mucho: pancarta, vela encendida al canto, ego me absolvo. Amén. Las lágrimas de cocodrilo siempre fueron baratas.”
Con estas líneas cierra A. Pérez Reverte su último artículo del suplemento dominical “El Semanal” www.clubelsemanal.com/perezreverte. Muy “políticamente incorrecto” en la crítica de la insípida corriente de tolerancia solidaria o solidaridad tolerante –como más les guste que p’al caso es lo mismo- que nos invade.