Pío XII: difamación y doble rasero
En el www.elsemanaldigital.com Ignacio San Miguel aborda la la figura del controvertido Pio XII y su presunta connivencia con el régimen de Hitler.
«Que los nazis tenían a Pacelli como a un enemigo lo muestran los periódicos de la época, llenos de chistes groseros y despectivos y caricaturas no menos hirientes referidas a él. Aunque anecdótico, es un detalle significativo. Asimismo, son conocidos documentalmente el desprecio y odio que Hitler sentía por los cristianos (no mucho menor que los que profesaba a los judíos) y sus planes para erradicar el cristianismo de Alemania. De ahí que adjudicar a Pío XII el título de "el Papa de Hitler" es simplemente formular un oxímoron carente de sentido.
También es de recordar la actividad de Pío XII a favor de los judíos, que se concretó en la salvación de entre 700.000 a 800.000 seres humanos de esa raza mediante diversas gestiones.
Y aunque el Gran Rabino de Roma Israel Zoller (más tarde Eugenio Zolli) afirmó que su conversión al catolicismo no había sido provocada por este comportamiento del Papa, lo cierto es que sí debió de sentir algún estímulo, pues se constituyó en su paladín, y al bautizarse en la nueva fe adoptó su nombre.» (continúa)
«Que los nazis tenían a Pacelli como a un enemigo lo muestran los periódicos de la época, llenos de chistes groseros y despectivos y caricaturas no menos hirientes referidas a él. Aunque anecdótico, es un detalle significativo. Asimismo, son conocidos documentalmente el desprecio y odio que Hitler sentía por los cristianos (no mucho menor que los que profesaba a los judíos) y sus planes para erradicar el cristianismo de Alemania. De ahí que adjudicar a Pío XII el título de "el Papa de Hitler" es simplemente formular un oxímoron carente de sentido.
También es de recordar la actividad de Pío XII a favor de los judíos, que se concretó en la salvación de entre 700.000 a 800.000 seres humanos de esa raza mediante diversas gestiones.
Y aunque el Gran Rabino de Roma Israel Zoller (más tarde Eugenio Zolli) afirmó que su conversión al catolicismo no había sido provocada por este comportamiento del Papa, lo cierto es que sí debió de sentir algún estímulo, pues se constituyó en su paladín, y al bautizarse en la nueva fe adoptó su nombre.» (continúa)
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