Zapatero, el consenso y la tortilla de patatas
Cuento publicado en pactasuntservanda.blogspot.com
Erase una vez un presidente de gobierno que fue a dar un paseo con un amigo. Tras una larga caminata, en la que trataron de resolver los grandes problemas del pais, decidieron entrar en un bar para tomar un refresco y un pincho de tortilla de patatas. El amigo del presidente tras dar un largo trago al refresco, dió un gran bocado al pincho de tortilla Cual fue su sorpresa que la tortilla de patatas no sabía bien: las patatas estaban sin hacer. Tras mostrar su repugnancia se lo contó a su amigo el presidente.
- José Luis, mi la tortilla tiene las patatas sin hacer.
- No te preocupes- le contestó el presidente- voy a liderar un gran consenso para que la tortilla de patatas esté bien hecha .
El amigo del presidente puso cara de perplejidad ante esa original de la solución, por lo que no pudo más que preguntar:
- Si, José Luis, eso está muy bien, como la alianza de civilizaciones que propusistes en la ONU, pero ¿qué hago?: ¿le digo al camarero que no me la cobre?, ¿la devuelvo? o ¿simplemente no la pago? El presidente intentó calmar a su amigo.
- Te falta talante; tienes que entender que existen una pluralidad de maneras de hacer tortilla de patatas y debemos ser compresivos con las diversas sensibilidades culinarias. Ya verás... Y dicho esto se dirigió al camarero.
- A mi amigo no le ha gustado vuestra manera de hacer totillas de patatas; ya le he dicho que hay muchas maneras de hacerla y le he propuesto liderar un gran consenso para que la tortilla de patatas esté bien hecha.
El camarero muy rotundo, tomo la palabra y dijo:
- Ni consensos ni leches, la tortilla de patatas está bien hecha y punto.
El presidente, ante el tenor de la contestación, puso cara de circunstancias. Pero tras recuperarse se dirijió de nuevo a su amigo:
-Yo creo que el problema de que no te guste la tortilla de patatas no la tiene el bar sino Aznar. El amigo del presidente, puso cara de asombro.
-¿Pero qué tiene que ver Aznar con mi la tortilla de patatas?- le pregunto rápidamente
- Pues mucho, -dijo el presidente- ya sabes que Aznar nos metió en la guerra, con esa guerra el precio del petroleo se ha disparado y eso ha afectado también al precio gas. Como Aznar nos dejó muy mal las cuentas públicas no podemos reducir los impuestos y por eso la cocinera ha decidido tener menos tiempo en el fuego las patatas y eso lo tienes que comprender. Tu sigue votándome a mi y comerás buena tortilla de patatas. Al amigo del presidente le convenció la contestación y tras pasarle el brazo por el hombro, y despues de pagar laicamente la consumición, se fueron dichosos pensando en la suerte que había tenido España por tener un presidente con tanto talante.
Sanchopanza.
Por cierto, repitan conmigo: ¡Nos llevamos bien con Estados Unidos!
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