Cuando fuimos embriones: algunos razonamientos prácticos y científicos
Imprescindible. En The writers´back porch
The writers´back porch vuelve a tratar el tema de los embriones humanos y la investigación cientifica. Y recoge testimonios tan interesantes como este del Presidente del Senado Italiano, Marcello Pera:
“El embrión es una persona, no es una especie de moho (de hongo)”. Y añade, recogiendo lo dicho por Pera en una entrevista televisiva: “mantengo, aunque no soy creyente, que el embrión es persona desde el momento de la concepción. Entiendo que esta es la postura moralmente más responsable y que es –desde el punto de vista laico- la posición más coherente con mi historia, con mi tradición de italiano y de europeo”.
Y añade que lo que está en discusión con el referéndum es “por una parte, el valor de la persona humana-embrión. Y por otra, el valor de la libertad científica, o el derecho a curar enfermedades por medio de la investigación científica. Estos dos valores han de ser combinados. Se puede decidir que el valor de la persona es preeminente respecto del de la libertad de investigación. Y se puede decidir de otro modo. Lo único que no debería hacerse es creer que en este caso es posible experimentar como Galileo con sus bolitas metálicas rodando por un plano inclinado, o como hacía Fleming con los mohos (los hongos) para descubrir la penicilina. Porque –subraya el presidente del Senado- el embrión no es un moho (un hongo)”.
“Lo que está en juego –insiste Pera- (según recoge Repubblica) es exactamente esto: ¿cuáles son los límites de la investigación científica y cuáles los de los individuos: derecho a la salud y a concebir; derecho a tener un hijo que quizá, algún día, se querrá que sea alto, rubio y con ojos azules? ¿Hasta qué punto estos valores prevalecen sobre el respeto a la persona? Esto es lo que está en juego”.
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