Los admiradores del otro bando
Para reflexionar: Es interesante este comentario de esperandonacer.
«Me dice un amigo lector que no ha leído a Cioran y que, a juzgar por el tipo de gente que lo cita, no le dan muchas ganas de leerlo [*].
Entiendo, y en cierta medida comparto. Pero no en gran medida. Más bien me parece una tendencia a resistir, esa de juzgar a un escritor por sus lectores.
Primero, porque buenos escritores pueden tener malos lectores (incluso que lo admiran por malos motivos; por malentendidos, diría Dolina). Se me ocurren los ejemplos de Nietszche, S. Exupery, Tolkien... y tantos otros. (El caso de Tolkien es paradigmático para mí, porque por culpa de ese prejuicio casi me lo pierdo... )
Segundo, porque siempre es triste que un escritor sea admirado en forma "grupal" (sectaria) por alguna bandera ideológica (la del ateísmo en este caso); y tomarle antipatía por eso (si el escritor en verdad no tiene la culpa), es empeorar las cosas. Para decirlo con cierta ingenuidad: si sentimos la necesidad (y yo la siento; y en España, ni hablar) de pelear contra los sectarismos y las pasiones partidarias, de dialogar para no envenar más el clima espiritual de la sociedad, uno de los primeros pasos es la buena disposición para disfrutar y admirar a los valiosos que son iconos del otro bando. En cualquier sentido de la palabra "bando" : izquierdas/derechas, ateos/creyentes, inteligentes/idiotas. (continúa)
¡Qué buenos son los blogs argentinos que conozco!
Actualización:
Creo que este artículo enlaza muy bien con este otro de libertaddigital sobre "El error de Caín" de José Fernando Rey Ballesteros
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