Las diligencias policiales evidencian que Bono no fue agredido
Ayer vi en una televisión local una entrevistaban a la hija de Tomás Caballero, un concejal de UPN asesinado por ETA. Contaba que estuvo en la manifestación de la AVT y que estuvo cerca de Bono al momento de producirse los famosos incidentes. Pues bien, lo que dijo es que los zaradeos se produjeron al ponerse nerviosos los escoltas ante los gritos y reproches que recibía el ministro.
Eso coincide bastante con el atestado policial, según cuenta elsemanaldigital.
«Las declaraciones del ministro de Defensa sobre los sucesos acaecidos en el transcurso de la manifestación del pasado sábado podrían ser una pura invención. Según los atestados policiales, ocho agentes confirman que José Bono fue increpado, pero jamás agredido dado el buen funcionamiento de la cápsula de seguridad que se creó a su alrededor. Los golpes en la espalda y el puñetazo en las costillas brillaron por su ausencia.»
En el fondo lo que se está consiguiendo es ningunear a la AVT. Y sobre esto escribe elcortijodigital:
«Por ello es profundamente injusto que el esfuerzo de los organizadores, el infinito dolor y sufrimiento acumulado en treinta años por las víctimas del terrorismo y sus familiares -que con su sangre y sacrificio han contribuido a la libertad de todos y a que sea posible la democracia en España- sean ninguneados, y lo que es peor, manipulados y escarnecidos por el Gobierno socialista y sus comparsas. El terrorismo es un monstruo de mil cabezas. Entre las víctimas no hay castas. Da igual que los verdugos sean terroristas islámicos o etarras, aunque desde el partido del Gobierno se haya conseguido sectariamente encasillarlas, auspiciando y potenciando a unas asociaciones de víctimas sobre otras. Como es tremendamente injusto, por arbitrario y discriminatorio, el diferente trato y apoyo institucional que se ha dispensado a la Asociación 11-M en detrimento de la de Víctimas del Terrorismo por parte del Rey, Rodríguez Zapatero o Peces-Barba.
La “extrema derecha” -eterno sofisma de la izquierda- no ocupó la calle para increpar a Bono y al Gobierno socialista. Rosa Díaz y Gotzone Mora fueron aplaudidas y vitoreadas por la multitud. Como Esperanza Aguirre y Ángel Acebes. Fue la mayoría silenciosa -puteada y perpleja- la que salió a la calle, cada vez más decidida a dejar de serlo. El 20 de febrero puede haber otra sorpresa.»
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