Selecciones. 16 de junio de 2005.
4.- Imprescindible El populismo neo-progre que llega: ¿democracia o partitocracia / neo-despotismo ilustrado?
Los que, con Ezio Mauro, se autoproclaman "laicos", en cuanto opuestos a toda relación con la trascedencia humana más allá de la política, o la ciencia, o la economía, no tienen el copyrigth de la laicidad, de la mentalidad laical, como algo contrapuesto a la mentalidad clerical. Hay -por una parte- demasiado "clericalismo" ideológico en esas mismas filas para no darse cuenta del estado de cosas. Y lay mucha "mentalidad laical" entre quienes entienden (entendemos) la persona humana con una dignidad más allá de la economía, la ciencia o la política. Lo que no quita la dignidad política, científica, económica. Sólo las pone en una perspectiva que las engrandece en sus nobles finalidades, cuando no tienen rango idolátrico de absolutos intangibles (salvo para las elites que las manejan).
(...)
Y los votantes no han hecho caso, o en cualquier caso, han hecho -a pesar del bombardeo amenazador en contrario- lo que han querido. Que no era lo que querían ni los medios de comunicación ni los políticos autoproclamados autosufiencientemente "laicos - progresistas - usted ya sabe - la esperanza de la humanidad - y la solución a todos los males". Se acabó la pócima, se rompió la redoma del Bálsamo de Fierabrás, envasado en periódicos y televisiones, o en vivo y en direct
3.- ¿Un mundo feliz?
En 1931 Adouls Huxley escribió una novela marcadamente oscura y desesperanzada acerca de la decadencia de la condición humana. Se trata de un mundo en el que no se teme a la muerte porque no se piensa en ella, y en el que la fealdad y la pena han sido desterradas por un consumismo que aturde (lo viejo se tira y todo se gasta), y por el soma, una droga que en los momentos difíciles te aparta de la realidad hacia una felicidad física, eufórica, que no tiene los efectos secundarios del alcohol o de la cocaína; en la que la propia identidad, o los ideales, no cuentan para nada; en fin, un mundo que propugna un modelo de felicidad para el que la dimensión intersubjetiva brilla por su ausencia: no hay ningún «Tú», no existen «rostros» significativos, ni siquiera por tanto tiene importancia el «Yo»: «todos somos todos» repite automatizadamente su condicionamiento moral, y cualquiera es sustituible sin causar traumas de ningún tipo.
«Un mundo feliz», porque la gente ha dejado de lado la libertad y la posibilidad de traición, a cambio de un bienestar irreflexivo pero perpetuo. ¿Quién lo querría para sí? ¿Nos estará -en alguna medida- ocurriendo?
2- Algunos argumentos a favor de la manifestación
El diario EL PAÍS y la cadena SER, con su discurso sectario y sometido al Gobierno socialista, dicen estos días que es el PP quien convoca la marcha, junto con la Iglesia católica, un discurso al que también se apunta el diario AVUI en su edición de este martes al titular “La Iglesia y el PP se manifestarán juntos contra los matrimonios gays”. Pero digan lo que digan algunos medios, los centenares de miles de ciudadanos que estarán este sábado en Madrid son de muy diversa procedencia, unidos –eso sí- a favor de algo tan antropológicamente claro como es la defensa de la familia fundamentada en la unión de hombre y mujer. Y en este punto, existe una gran coincidencia entre personas muy distintas política, cultural y religiosamente.
1.-Misterios misteriosos de este país
- ¿Qué carrera ha estudiado el ministro Montilla? No sabe, no contesta.
- ¿Quienes eran los fantasmas del Windsor incendiado en Madrid? Jamás se supo.
- ¿Quién le pegó a Bono en la manifestación? Si te he visto, no me acuerdo.
- Continúa
1 Comments:
lee mi post, te faltó incluir esto último ;)
http://lirioaustral.blogspot.com/
A no ser que yo me haya equivocado al leer el blog de Jeremías.
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