Constitución europea: una bofetada a la auténtica historia y cultura de Europa
Es muy interesante este artículo de Robert Sirico traducido por jorgevallin
«Los autores de la constitución, evitando la principal fuente de unidad (es decir, la religión), parecen abrazar la visión que la unidad no es orgánica, sino legislativa. ¿Puede la tradición Cristiana —y no simplemente como un vago “impulso espiritual”— tener algo que ver con las personas humanas y la idea de los derechos humanos? Esta omisión es tan absurdamente llamativa que nos hace dudar del proyecto. Dentro de las aisladas cámaras de los ministros y tecnócratas de la UE, ¿es realmente un tabú mencionar la palabra “Cristiandad”, o se han de inventar vagos eufemismos para evitar ofensas?
¿Si el comité no puede hablar al mundo Cristiano, por no mencionar el menor papel de este colectivo en la creación de la moderna Europa, realmente puede el comité estar seguro de escribir una constitución que gobierna a 25 estados y 480 millones de personas?
Si uno se mira en retrospectiva la historia de la unidad europea, encuentra que el mayor campeón de la paz entre las naciones y sobre el respeto del derecho individual ha venido de la mano de la Iglesia Católica, en la cual, hoy día aún triunfa la idea de unidad. Este papel de la fe ha sido agresivamente rechazado dando una bofetada a la auténtica historia y cultura de Europa —un insulto político que avanza hacia lo “políticamente correcto” hasta llevarlo al máximo grado de sinrazón.
La constitución evita mencionar la Cristiandad recurriendo a palabras como solidaridad y subsidiariedad, que realmente se han forjado de las enseñanzas sociales Cristianas, mientras que de forma extraña la constitución cambia su sentido. Solidaridad significa aquí, no los medios de la cooperación humana, sino del colectivismo bajo un indefinido órgano legislativo. La subsidiariedad significa, según los valores Cristianos, que el poder superior no ha de intervenir cuando el poder menor puede encargarse de sus propios asuntos.
Sin embargo, en el proyecto de la constitución de la UE, la subsidiariedad se aplica sólo “en los ámbitos que no sean de competencia exclusiva la Unión” —es decir, asume la competencia del poder superior. El gobierno de la UE, bajo esta lectura, asume “competencia exclusiva” en todas partes.
Los creadores del proyecto se comparan con los de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, pero su centro de atención es totalmente diferente. No sólo destacan los poderes del estado, sino que también crean un proyecto que el filósofo británico Michael Oakeshott ha calificado como estado “teleocrático” —es decir, un gobierno creado, no para hacer cumplir la ley sino para decretar propósitos de antemano». (continúa)
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