Un modo amable y simpático de decir las cosas.
Es divertida esta anécdota que cuenta el blog esperandonacer:
El cura, al terminar la misa de ayer, notificaba de los cambios de horario durante el verano; y remató con un simpático y leve dardo a su feligresía:
... entonces la última misa de domingo ahora no será a las 20:15 sino a las 20:30. Ocho y media. Acuérdense. No sea cosa que alguno el próximo domingo venga como siempre ... a las 20:25... y se encuentre con que —Uy, qué mala suerte!— ...llegó temprano.
Todo con una sonrisa, claro, y como pidiendo disculpas. (No se vayan a ofender, ¿no? Peor sería que les hablara del infierno o del temor de Dios... je... ).
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