Uso hipócrita de la mentira
Los que conocemos a El Pais y a Gregorio Peces Barba ya estamos acostumbrados a sus sectarias intepretaciones sobre las cuestiones religiosas.
Hoy internetpolítica analiza las mentiras y contradicciones de un artículo de Gregorio Peces Barba publicado en El Pais (a través de Periodistadigital):
Leelo en internetpolitica.
«Decía una profesora mía que quien no las hace a los 14 las hace a los 40 y éste parece ser el caso de estos dos señores, pero a los 60.
Ambos escriben regularmente en El País y han virado en sus posiciones políticas. Herrero de Miñón es ahora un desconcertante comentarista más unido al pensamiento débil y al talante que a contenido alguno y Peces Barba era un socialdemócrata "vaticanista" (así le llamaban) que ha virado a socialista laicista.
En el artículo que publica hoy incurre justo en lo que dice que no va a hacer: hace un uso hipócrita de la mentira para reescribir la historia.
"El tema principal de confrontación, dejando aparte la postura de la Iglesia Católica, que se acomoda mal al modelo de laicidad resultante de la Constitución, se sitúa en lo que se llamaba "la cuestión regional" y que hoy se presenta como cuestión autonómica y que deriva del Estado compuesto que se organiza en el Título VIII."
Una persona que no estuviera informada de nuestra historia, al leer este párrafo diría que la Iglesia se ha opuesto a la Constitución desde su inicio porque se niega a acomodarse a una supuesta laicidad que dimana de ella. Abusa Peces Barba de su crédito como ponente constitucional para soltar la primera mentira: no hay mención alguna a la palabra laicidad ni laico en la Constitución española y la Iglesia no ha tenido problema alguno ni lo tiene con la Constitución. Jamás.
Los millones de católicos que siguen las enseñanzas de la Iglesia jamás han tenido problema alguno con la Costitución, el problema se plantea cuando hay gobiernos que quieren rebasarla, leerla a su manera, manipularla, tergiversarla y acomodarla a su partidismo. Y entonces, los tribunales ponen a esos gobiernos en su sitio, como ha pasado ya en Asturias, Castilla La Mancha y Andalucía. Y siempre ha sido el caso de gobiernos socialistas.
En mi opinión, en amplios sectores del PSOE la Constitución no tiene mucho crédito y la consideran un traje pequeño para sus ansias de cambiar la sociedad. En vez de más poder para el ciudadano aspiran a dotar de más poder al Estado para planificar, decidir contenidos de la enseñanza, distribuir a los niños donde la Administración considere conveniente, etc. Les fastidia enormemente cómo ha quedado de claro el derecho a la educación en los valores de los padres, cómo ha quedado escrita la aconfesionalidad del Estado y la cooperación con las confesiones, especialmente la Iglesia Católica. Lo que ocurre es que esto no se puede decir claramente porque saben que tocarían un resorte sensible de la sociedad, de forma que igual que se ningunea la diferencia entre nación y nacionalidad se ningunea la diferencia entre aconfesionalidad y laicidad. A través del vaciamiento de contenido de las palabras se intenta colar una lectura única y falsa de la Constitución. (continúa)
Leelo en internetpolitica.
«Decía una profesora mía que quien no las hace a los 14 las hace a los 40 y éste parece ser el caso de estos dos señores, pero a los 60.
Ambos escriben regularmente en El País y han virado en sus posiciones políticas. Herrero de Miñón es ahora un desconcertante comentarista más unido al pensamiento débil y al talante que a contenido alguno y Peces Barba era un socialdemócrata "vaticanista" (así le llamaban) que ha virado a socialista laicista.
En el artículo que publica hoy incurre justo en lo que dice que no va a hacer: hace un uso hipócrita de la mentira para reescribir la historia.
"El tema principal de confrontación, dejando aparte la postura de la Iglesia Católica, que se acomoda mal al modelo de laicidad resultante de la Constitución, se sitúa en lo que se llamaba "la cuestión regional" y que hoy se presenta como cuestión autonómica y que deriva del Estado compuesto que se organiza en el Título VIII."
Una persona que no estuviera informada de nuestra historia, al leer este párrafo diría que la Iglesia se ha opuesto a la Constitución desde su inicio porque se niega a acomodarse a una supuesta laicidad que dimana de ella. Abusa Peces Barba de su crédito como ponente constitucional para soltar la primera mentira: no hay mención alguna a la palabra laicidad ni laico en la Constitución española y la Iglesia no ha tenido problema alguno ni lo tiene con la Constitución. Jamás.
Los millones de católicos que siguen las enseñanzas de la Iglesia jamás han tenido problema alguno con la Costitución, el problema se plantea cuando hay gobiernos que quieren rebasarla, leerla a su manera, manipularla, tergiversarla y acomodarla a su partidismo. Y entonces, los tribunales ponen a esos gobiernos en su sitio, como ha pasado ya en Asturias, Castilla La Mancha y Andalucía. Y siempre ha sido el caso de gobiernos socialistas.
En mi opinión, en amplios sectores del PSOE la Constitución no tiene mucho crédito y la consideran un traje pequeño para sus ansias de cambiar la sociedad. En vez de más poder para el ciudadano aspiran a dotar de más poder al Estado para planificar, decidir contenidos de la enseñanza, distribuir a los niños donde la Administración considere conveniente, etc. Les fastidia enormemente cómo ha quedado de claro el derecho a la educación en los valores de los padres, cómo ha quedado escrita la aconfesionalidad del Estado y la cooperación con las confesiones, especialmente la Iglesia Católica. Lo que ocurre es que esto no se puede decir claramente porque saben que tocarían un resorte sensible de la sociedad, de forma que igual que se ningunea la diferencia entre nación y nacionalidad se ningunea la diferencia entre aconfesionalidad y laicidad. A través del vaciamiento de contenido de las palabras se intenta colar una lectura única y falsa de la Constitución. (continúa)
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