Más sobre el grupo PRISA: falta civismo, sobran las blasfemias
Creo que últimamente, ya hemos colocado demasiados posts referidos al grupo PRISA. No es nuestra intención centrarnos en ellos, porque la vida es mucho más bonita al margen de ellos. Pero no podíamos dejar de pasar este interesante análisis que The Writers' Back Porch hace de determinadas actitudes del ese grupo.
Leelo en The Writers' Back Porch
«La cuestión es que, tras unas saludables fiestas navideñas, me topo de frente con que el Grupo se ha empeñado más a fondo en su “campaña” (llamémosla así) laicista, o quizá –sin querer queriendo- de acoso anticristiano. Quien use la inteligencia al leer, sin autoengaños nietzscheanos, es capaz de ver a simple vista que desde dentro del Grupo Prisa (pudiéndolo impedir como se impiden otras cosas) se insiste con una regularidad que va más allá de lo fortuito y de los casos aislados, en mofas y befas (unas quizá elegantes, otras zafias), calumnias (unas solapadas, otras más explícitas), cuando habla de lo cristiano y de los cristianos con apariencia de mera displicencia. Como si “lo cristiano” fuera un engaño que no debiera ser y “los cristianos”, pobres engañados que en cuanto tales están fuera de lugar, o de sobra en la realidad social. Que el Grupo Prisa patrocine el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con ocasión de la “obra teatral” titulada "Me cago en [censura]", a la que se considera una "provocación al odio por motivos religiosos", no parece ser un descuido pasajero. Que el Grupo Prisa se ponga al nivel del “Código” de Dan Brown, haciendo ver que el cristianismo es un gran “timo” histórico, resulta patético. Aunque trabajar con el objetivo de excitar la curiosidad morbosa del público casi siempre produzca mucho dinero.
Esta autosuficiente y a la vez torpe intolerancia (que se pretende solapada o aparenta ser festiva, que viene a ser lo mismo) me pone sin más e incondicionalmente de la parte de los “acusados”, hechos retóricamente “víctimas” que son al tiempo socialmente “culpables” e “indeseables”, como diría René Girard. Esta especie particular de intolerancia me pone automáticamente, sin más, de parte de los “ridículos” ciudadanos que tienen y practican la fe católica, y de parte del “ridículo” de la misma fe católica. Lo mismo que sucede con el simple recuerdo de los “pogroms”, los levantamientos anti-judíos promovidos por el nazismo político y social. El juego de ridiculizar a conciudadanos y que quiere ser inocente pero que a fin de cuentas consiste en amedrentar a gente concreta por sus creencias y estilo de vida, es algo termina por convertirse en cacería y carnicería, si no física, al menos moral.
Leo a Pio Moa (¿Es Prisa una empresa fascista?) diciendo que
Ahora, Prisa está metida de hoz y coz en una campaña típicamente jacobina contra la Iglesia. Que la Iglesia sea criticada no es ningún delito, sino lo más normal en democracia. Pero la "crítica" se convierte aquí en una mezcla de calumnia y burla soez, en un estilo muy característico. En vísperas de Navidad, un programa televisivo de la empresa explicaba "cómo cocinar un crucifijo": se le trocea, se lo unta con mantequilla y "al tercer día" sale del horno "en su punto"; las burlas contra el papa son tan frecuentes y zafias como puede esperarse de una mentalidad fascistoide; han llegado a grabar ocultamente confesiones en una iglesia de Madrid para reproducirlas entre risotadas en un programa radiofónico …
Todo ello vulnera el código penal que en su artículo 525 condena las ofensas a "los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa" y a quienes "hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican". Desde luego, Prisa y el Psoe cumplen escrupulosamente la ley, incluso con oficiosidad, cuando se trata de otras religiones, en especial la islámica, a la que estos audaces e ingeniosos bufones nunca osarían tratar como lo hacen con la católica. No hace falta decir por qué.
El "estilo fascista" es así.
Leo también que con fecha de 3 de enero de 2005, el diputado por Navarra Jaime Ignacio del Burgo ha presentado una denuncia ante la Fiscalía General del Estado contra los responsables de esa misma emisión del programa "Lo + Plus" del día 15 de diciembre de 2004.» ( continúa)
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